“Hossana”: el Sur Andino contra Jerusalén
Pablo Barrera Rivera
A pocos días de asumir la presidencia, Boluarte ha puesto en marcha un proyecto claramente planeado de imponer un régimen que recoloca en el poder a quienes perdieron las últimas elecciones. Proyecto ultraderechista dictatorial de altísimo costo, inclusive de la vida de quienes protestan. Verdaderas masacres de población sur andina lo denuncian. Fuerzas policiales y militares han causado decenas de muertos y centenas de heridos; algunos torturados cobardemente a golpes, otros acribillados a perdigones y muchos baleados de la cintura para arriba con armas de guerra. La intención de matar es nítida. Las ejecuciones siguen un plan diseñado cuyo objetivo mayor es proteger los intereses de los actuales “mercaderes del templo” que, como entonces en Jerusalén, lucran con la pobreza de la población.
Aunque rezan en la Catedral y tienen el silencio cómplice de las autoridades religiosas, los poderes del Estado son incapaces de percibir que es inútil intentar silenciar los gritos de protesta. Las voces se han multiplicado. Cual Jerusalén, las calles de Lima están agitadas y a diario se escucha de mil formas y ritmos “!DINA ASESINA EL PUEBLO TE REPUDIA!”. Es el “LIBÉRANOS YA” (“hossana”) que lejos de acallarse crece, se multiplica y repercute a nivel internacional. Las viudas, los huérfanos y los deudos de las víctimas han llegado a Lima, insignificantes como el burrito emprestado del Domingo de Ramos en Jerusalén. Sus voces extrañas, sus lenguas estigmatizadas, su cultura perseguida, su sabiduría menospreciada han generado enorme solidaridad, han potenciado la denuncia “CUEVA DE LADRONES”, contra el ejecutivo, el Congreso y las jerarquías religiosas.
Esta “semana santa” en el Perú está marcada por planes malévolos de persecución y muerte contra los más humildes que se juntan, se organizan, se defienden, se protegen, se pronuncian como nunca antes. Han marcado de manera indeleble la historia nacional. No habrá más proyecto de país que no los escuche y los atienda. Se ha hecho un clamor inocultable. Por eso los planes de eliminarlo. Semejante a Jesús y el pueblo que alborotó Jerusalén los “principales buscan ocasión para matarlo” (Lc 19, 47). Liquidarlo definitivamente y con pública crueldad. Las clases privilegiadas que históricamente han gobernado el país están decididas a mantenerse en el poder, pero no tienen legitimidad. La mayoría grita “HOSSANA”. Queremos libertad. “Que se vayan todos”. “Nuevas elecciones”. “Nueva Constitución”. No al extractivismo. No a la contaminación de los ríos. No más mercurio y plomo en la sangre de los niños. El pueblo no quiere sólo la renuncia de Dina. Quiere acabar con la cueva de ladrones del modelo económico implantado por el fujimorismo en los años 90. Quiere transformar la cultura política corrupta que corroe el Ejecutivo y el Legislativo. Quiere fuerzas policiales que los proteja. Quiere democracia económica que los incluya. Quiere igualdad de derechos, a educación de calidad, a salud pública, a vivienda digna, a la información, al uso de las lenguas originarias, a ser escuchado y reconocido.
La crisis actual no es resultado simple de “excesos” de la PNP o del “uso desproporcionado de la fuerza”. Está precedida por décadas de exclusión económica, de estigma racista, de abandono social, de violencia patriarcal, de explotación y robo de las riquezas naturales. Es un largo e inevitable caminar hacia la “Jerusalén” desde donde históricamente se gestionan esos proyectos de muerte. A los ojos de la “usurpadora” y de las fuerzas políticas fascistoides en el Congreso, se trata apenas de una crisis, pasajera, que será superada en breve con la crucifixión final de los “vándalos” y “terroristas”. Con el aumento de la criminalización de la protesta, con el endurecimiento de la represión, con las mentiras a la opinión pública internacional, con la toma de todos los poderes y tribunas, con el apoyo mercenario de la prensa concentrada, con el cierre del LUM. Ilusión de toda dictadura es que el miedo se imponga y normalice.
En el horizonte de los gritos “HOSSANA” se va configurando el resurgimiento de las víctimas. Los muertos parecen haber echado a andar. Acaban de realizar en Juliaca el “Encuentro Nacional de Víctimas del Régimen de Boluarte”. La población Quechua y Aymara de Puno ha decidido que el litio no saldrá a no ser industrializado. Evangélic@s progresistas marchan y hacen platones todos los sábados exigiendo la renuncia de Boluarte. Ya es mayoritario el pedido de Nueva Constitución. Nuevas generaciones de mujeres asumen protagonismo político. Mujeres indígenas ocupan el espacio público desafiando estructuras patriarcales. Hay trastorno en Jerusalén. Las bases del “templo” no están firmes como aparenta. Ni el violento Foro de Madrid podrá sostenerlo. Vientos de resurrección vienen desde el Sur. Nuestra Galilea.
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